miércoles, 22 de marzo de 2017

Cadena Perpetua

Luisa R. Novelúa

Qué fácil es empuñar la pluma y perpetrar con ella crímenes, humillaciones, heridas purulentas provocadas por amores no correspondidos. Y todo, para alcanzar la gloria literaria. Pudiste crearme apuesto y, sin embargo, me engendraste deforme; no te hubiese costado nada describir a una madre cariñosa y a una familia protectora que me guiase hasta convertirme en un hombre amado y de provecho, pero preferiste ensañarte con mi desgracia para denunciar las injusticias de la misma sociedad que te admira y acudirá en masa a tu funeral. A ti te espera el Panteón de franceses ilustres. Yo estoy condenado a trepar por las torres de esta catedral mientras quede un solo lector dispuesto a leer tu historia. Mi historia.