Luisa R. Novelúa |
Esperó a dormirse y soñó con otra
Navidad, sin luces multicolores, ni villancicos enlatados, ni
papanoeles o Reyes Magos repartiendo juguetes, y sin los buenos deseos, tan
efímeros como la estrella más fugaz, que le martilleaban hasta el aturdimiento.
Pero
cuando despertó, el sosiego se transformó en pesadilla. Aún no sabía si ese año
también la contratarían para las rebajas de invierno.
Al final el consumo navideño es bienvenido para muchos. buen final e inesperado.
ResponderEliminarBesos
Eso seguro, Asun. Para que unos tengan trabajo, otros tienen que consumir. En eso se basa nuestra sociedad. Gracias. Un beso,
EliminarConozco muchos casos que siguen en el trabajo gracias a ese consumo de Navidad. Bien pensado.
ResponderEliminarTurrones, cava, juguetes...La celebración de la Navidad da trabajo a muchas personas. Un abrazo.
EliminarMe parece que la idea de Luisa iba más hacia la precarieda laboral que hacia el consumismo.
ResponderEliminarAunque, seguro, me equivocaré.
No te equivocas, Vicente. De hecho, el título va en ese sentido. Hay mucha gente que no tiene trabajo y otra, que malvive con trabajos temporales. Un abrazo.
EliminarBuen relato, Luisa. A partir de una historia sencilla, retratas la esencia humana: el espíritu de contradicción. Esperanza y miedo. Deseo y negación.
ResponderEliminarBicos.
Carles, es muy buena tu reflexión. La protagonista está saturada de la Navidad, en la que, probablemente, ha tenido que trabajar en condiciones no muy buenas, pero, al mismo tiempo,está agobiada ante la incertidumbre de que no la contraten para la campaña de rebajas.
EliminarGracias. Petons!!
Me cachis con el trabajo y las preocupaciones de hoy en día que no nos dejan ni en los sueños. Buen micho Luisa.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Por desgracia, Nani, en muchos casos, el trabajo no nos deja ni en sueños, o porque no lo tenemos, o porque tenemos de más, o porque estamos agobiados... En fin...
EliminarGracias. Besiños, guapa!
Pues como parado a día de hoy espero y deseo que el personaje tenga suerte. Una cruda realidad narrada con papel fotográfico. Abrazos
ResponderEliminarOjalá la protagonista, y todos, tengamos un trabajo digno. Gracias por la visita, Manuel. Un abrazo.
EliminarSueños y pesadilla entrelazados inevitablemente. Micro para pensar.
ResponderEliminarBesos.
Las contradicciones humanas. Gracias, Rafa. Besos.
EliminarOjalá los reyes magos me traigan un trabajo de esclavo, porque papanoel me trajo una soga. Algo así era, ¿no?
ResponderEliminarUn saludo
JM
Algo así, Juan. Gracias por la visita. Saludos.
EliminarDespertarte y, zas, darte con la cruda realidad en toda la boca, sin siquiera un triste café en el cuerpo.
ResponderEliminarBesos Luisa.
Por desgracia, sucede. Besos, Miguel.
EliminarHas aunado muy bien la frase, con la historia y por supuesto con la denuncia. Gran relato que nos deja esa radiografía de la triste realidad. Mucha suerte :)
ResponderEliminarGracias, Juan Antonio. Un abrazo.
EliminarCruel,duro,amargo.
ResponderEliminarCon lo q me gusta a mi la Navidad!
En este caso, este cuento sí amarga un poco...Bicos, guapa!!
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