Luisa R. Novelúa |
Empezó a pensar en un nuevo teorema
que calculase la energía necesaria para atraer un cuerpo que se aleja. Las
matemáticas nunca habían sido su fuerte, pero con motivación podría superar
cualquier carencia.
Fue
así, con mucha perseverancia, cómo aplicó el principio de Arquímedes sin
derramar una sola gota de agua de la bañera para que todo pareciese un accidente.
Y aunque a Pitágoras le agradecía la facilidad con la que había accedido a la
vivienda del vecino por una de las ventanas, María debería saber, después de
tantos años juntos, que a él nunca le habían gustado los triángulos.
Buen intento, Luisa. A seguir, que esto no para ;-)
ResponderEliminarGracias, Vicente. Seguimos... Un abrazo.
EliminarLa ciencia siempre ha resuelto infinidad de problemas, como en tu relato. Enhorabuena Luisa.
ResponderEliminar¡Qué seríamos sin la ciencia! Tanto para lo bueno como para lo malo. Gracias, Rafa. Un abrazo.
EliminarMuy bueno Luisa. Te leo en forma, y cada vez mas cerca... de la radio.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias, Alfonso. Me alegra que te haga gustado.Un abrazo.
EliminarLuisa, muy buen relato. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarLorenzo, muchas gracias.Un abrazo.
EliminarEnhorabuena Luisa. Muy buen micro. Felicidades.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Nani, muchas gracias. Besosss
EliminarMuy simpático. Mejora según se va avanzando.
ResponderEliminarFelicidades
Me alegra que te haya divertido. Un abrazo, tocaya :))
EliminarCuando un cateto se lía con una hipotenusa, se producen cuernos equilateros seguros.
ResponderEliminarMe ha gustado el micro. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias, por la visita, Héctor. Los triángulos pueden ser muy peligrosos, y no solo por las aristas. Besosss
EliminarQue las letras las manejas bien es un axioma. Pero por si cabe alguna duda lo demuestras matemáticamente.
ResponderEliminarBesotes.
Gracias, Raquel. Besos...matemáticos. ((:
EliminarEs que hay triángulos y triángulos, y entre ellos, muy pocos son los equiláteros, je je.
ResponderEliminarBesos Luisa.
Efectivamente, Miguel, jejeje. Bicoss.
EliminarPues pasa por despojo porque ya no hay más remedio pero todas las veces que lo he leído me ha dado la impresión que se ha caído de la caja de los finalistas. Muy bueno. Me ha encantado. Ánimo que seguro que has andado cerca. Un abrazo. :)
ResponderEliminarMe alegra mucho que te haya gustado. Muchas gracias, Juan Antonio. Un abrazo.
EliminarIngenioso, compi, jo, me ha encantado, un perfecto finalista . Te escucho en la Ser en breve ¿eh?. Un beso tremendo, triangulando.
ResponderEliminarEva, guapa, qué riquiña. Bicosss.
EliminarEl triángulo es una figura indeformable. Un cuadrado o un rectángulo pueden convertirse fácilmente en un paralelogramo, pero el triángulo siempre conserva su forma. Paradójicamente, los triángulos amorosos varían con facilidad.
ResponderEliminarBesos
Sí, los triángulos amorosos pueden pasar de equiláteros a isósceles o escalenos sin previo aviso.
EliminarCarl, muchas gracias por la visita. Besos.
Título de la película: las matemáticas peligrosas!
ResponderEliminarDesde Göteborg con ❤️
¡Vaya que si pueden ser peligrosas! Y qué ilusión que se abra una "xanela" en Göteborg. Besos.
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