Antes de la caída
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(Luisa R. G. Novelúa) |
Lleva horas durmiendo en su cunita como un ángel:
las mejillas sonrosadas, el pulgar derecho en la boca, los rizos rubios
desparramados sobre la almohada. Su padre, después de una semana de duro
trabajo, lo mira embelesado mientras lo arropa y le acaricia el pelo. Es su
obra más perfecta, de la que se siente más orgulloso. Sin embargo, de repente,
los ojos se le cargan de lágrimas. Preferiría no saber que muy pronto tendrá
que arrojarlo de su lado. Para siempre.
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