(Luisa R. G. Novelúa) |
―Había
brotado, en medio del huerto, un imponente piano de cola que el músico
enamorado regaló a la princesa ―relató el tío Mateo mientras María, en
cuclillas, observaba sin pestañear el terreno recién arado a la espera de que asomara
una de las esquinas de la tapa del instrumento.
Ni
la risita de su hermana mayor le hizo dudar del tío, al que visitaban por primera
vez desde que abandonó la carrera de pianista para montar una granja. Pero su
credulidad se transformó en un gesto de asco cuando descubrió que su desayuno
se cocinaba en la ubre de una vaca.
Vaya por Dios, eso es lo malo que tiene el creer que la leche nace en los tetrabrik. Luisa es muy bonito tu micro, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Gracias, Nani, me alegro de que te haya gustado. Un beso
EliminarTe ha quedado un micro muy rural y me gusta como planteas el choque entre lo rural y lo urbano.
ResponderEliminarUn beso Pilar.
EliminarY aunque haya choque, urbano y rural se necesitan. Un beso, Juancho.
Perdona Luisa, edítalo por favor. Un fuerte beso.
ResponderEliminarHola Luisa. Me parece que has escapado muy bien del relato surrealista para llevarlo a lo tangible, y de paso has rematado con originalidad, y a colación con lo leído, mala leche :). A mi me ha gustado. Enhorabuena y suerte para la siguiente.
ResponderEliminarJuan Antonio, muchas gracias. La verdad es que fue la primera idea que tuve. Ha sido de las veces que lo tuve claro desde el primer momento. Un beso.
EliminarHola Luisa me ha gustado tu micro, te has evadido de la trama surrealista a la que tanto se daba la frase de comienzo. Quizás me sobra un poco lo de que el tío era pianista...(es sólo mi opinión), por lo demás me ha gustado mucho.
ResponderEliminar;)
Gracias, Pulga. Mi intención era que no sonase muy forzado que alguien le cuente a una niña pequeña un cuento hablándole de pianos de cola, y que la niña sepa cómo es ese instrumento. Quería dar a entender que se había criado en ese ambiente y que ve como algo natural. Un beso
EliminarAhhh entendido Luisa, estoy de acuerdo entonces. Besos.
ResponderEliminar;)
Hola Luisa, vengo desde el grupo de Despojos. Me he quedado con ganas de leer el principio de ese cuento del tío Mateo que seguro sería un prodigio de música y fantasía.
ResponderEliminarA mí también me gustaría conocer la historia de ese músico que cultivó un piano de cola para regalárselo a su amada. Seguro que a cada uno de nosotros se nos ocurre una distinta!. Gracias, Lorenzo, y un beso
EliminarNo era fácil evadirse del surrealismo al que abocaba la frase de inicio. Creo que tú lo has conseguido con nota.
ResponderEliminarEnhorabuena, Luisa.
Gracias, Rafa, por tu comentario. Un beso
EliminarHola, Luisa.
ResponderEliminarMe gustan mucho las historias con sabor a leyenda. La primera parte es evocadora de algo así y la segunda es divertida porque los de ciudad no sabemos bien de dónde salen los alimentos. Creo que hay una fusión leyenda-mundo real que es buenísima, por tanto mis felicitaciones.
Un abrazo y suertísima para la semana que viene.
Muchas gracias, Towanda. Me gusta mucho el enfoque con el que interpretas el micro. Un beso
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