lunes, 21 de diciembre de 2015

León y Ana

Luisa R. Novelúa
Como sombras disipadas por sombras disipadas deun nuevo amanecer, las volutas de humo anuncian a lo lejos la inconsistencia de la vida. Llena de remordimientos, se restriega las manos contra el vestido mientras aguarda el final de una angustia insoportable.

Cuando se siente ya bajo las ruedas, una fuerza inesperada le impide arrojarse a las vías. Sin embargo, nadie la ha sujetado. La estación está casi desierta. Solo ha visto, encogido en un banco, a un viejo de aspecto moribundo que la mira con ojos vidriosos, como si la estuviese soñando y hubiera decidido salvarla de su trágico destino.

martes, 8 de diciembre de 2015

Solas

Luisa R. Novelúa

Las besa con suma conciencia para no equivocarse de nuevo. Sin embargo, tampoco reaccionan. Decepcionada, sale de la habitación y las deja a oscuras, aunque es ella la que se siente castigada. Mientras deambula por la casa vacía, atenta a la puerta del recibidor, se pregunta qué ha hecho mal esta vez, por qué Blancanieves sigue hechizada. Y la rana y ella, también.