lunes, 18 de mayo de 2015

La revancha

Luisa R. Novelúa

Y las azules, las del abuelo de Pablo, fueron finalmente las ganadoras. Así que volvimos a casa cabizbajos, decepcionados. Derrotados.

Por la tarde no quise acompañarlo al parque. Hubiera sido demasiado humillante. Preferí quedarme con mi madre adelantando los deberes del lunes.

Pero cuando regresó con aquella sonrisa pícara, no hizo falta ninguna explicación. Corrí a la cocina y recuperé del cubo de la basura el libro de jardinería que me había regalado por mi cumpleaños.

11 comentarios:

  1. Debe de ser a terra, ou o aire: hai puntos de encontro entre o teu relato e o de Eva, pero tamén entre o teu e o meu. :-)

    ResponderEliminar
  2. Debe de ser a terra, ou o aire: hai puntos de encontro entre o teu relato e o de Eva, pero tamén entre o teu e o meu. :-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Edita, se cadra hai algunha musa á que lle guste especialmente a nosa terra, jejeje.
      Cando dúas persoas se entenden sen palabras é que están unidas por un lazo especial. Moitas grazas pola visita. Unha aperta.

      Eliminar
  3. É a chuvia, que nos mantén as neuronas esponxosas :) Bicos ás dúas.

    ResponderEliminar
  4. Ayyy los niños como saben lo que deben hacer..., después los mayores hacemos que se vuelvan rancios.
    Besicos muchos.

    ResponderEliminar
  5. ¿Tendrá que ver esa inspiración con la borrasca que entra por el Noroeste? A ver si llega al Mediterráneo.
    Buen trío. Felicidades.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La luz del Mediterráneo...Rafa, no os hacen falta borrascas, jejeje.. Un beso.

      Eliminar
  6. Le está bien empleado a Pablo, y a su abuelo, por repelentes. Azules, pffff! je je.

    Besos Luisa.

    ResponderEliminar