jueves, 8 de diciembre de 2016

Educación infantil

Luisa R. Novelúa

Adrián vivía en una nube de algodón de azúcar. Su madre le regalaba besos con olor a vainilla; de los bolsillos del batín del abuelo brotaban caramelos de tofe envueltos en papel de celofán; y la sonrisa de la tía Marta era tan dulce como las gominolas que le indicaban el camino hacia un nuevo juguete.

Pero todo cambió el día en que lo abandonaron en aquella casa extraña. Aún recordaba el primer tirón de pelo, los empujones, las peleas por las chocolatinas. Y, lo que es peor, seguía sin entender por qué le obligaban a volver allí cada mañana.