martes, 18 de febrero de 2014

Tres

(Luisa R. G. Novelúa)

Más tarde, con el tiempo, plantaremos un árbol, pero cada cosa en su momento. Ahora me conformo con observar cómo miras distraída a través del cristal mientras remueves el café, siempre sin azúcar. Te lo he preparado como a ti te gusta, muy cargado y con dos gotitas de ron. Me encanta mimarte, y más hoy, que estás especialmente guapa con ese jersey azul que resalta el color de tus ojos. Los describiré con todo detalle el día que empiece nuestro libro.

He estado a punto de decírtelo cuando rozaste mi mano al pagar, pero esperaré a que vuelvas mañana: el niño se llamará Félix, como mi padre.

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