Luisa R. Novelúa |
Pintando aquellos extraños bisontes se
ganó el favor de la crítica. Era el primer sorprendido por el éxito de su
fulgurante carrera, nacida de forma casual en la feria de arte contemporáneo,
cuando Elvira le confesó que llevaba meses viéndose con el autor de la obra que
tenían enfrente: una pared en blanco y varios botes de pintura.
Tras
el disparo a bocajarro, la sucesión de reacciones: él trazando enfurecidos
garabatos, el público observándolo, los equipos de televisión grabando, el
especialista dándole proyección internacional y ella, arrepentida, pidiéndole
perdón.
Pero
aunque no había vuelta atrás, esperaría hasta agradecerle que lo hubiese
invitado a Altamira.
Buceando en los orígenes, precisa y genuial como siempre, Biquiños compi.
ResponderEliminarGraciñas, guapa! Bicosss
EliminarEs que no hay nada como visitar buenas obras para inspirarse. Muy bueno Luísa.
ResponderEliminarBesicos muchos.
¿A que sí, Nani? A veces ni con esas, pero hay que intentarlo, jejeje., Besoss.
EliminarHola, Luisa.
ResponderEliminarAltamira, según lo que voy leyendo, ha roto varias parejas, jajajaja.
Un besazo.
A esta, desde luego, no hay nada que vuelva a unirla, jejeje. Muchas gracias, Towanda. Un beso,
EliminarQué bueno Luisa, me imagino la escena, el colorido, los bisontes, todo reunido en una misma historia. Me ha gustado mucho. un beso
ResponderEliminarUna escena llamativa, cuando menos. Pero nunca se sabe cómo puede nacer una estrella del arte (mediática o real). Muchas gracias. Un beso, Lourdes.
EliminarMe fascina como has concentrando tanta historia en tan poco, y además te ha dado tiempo para desenlazar en Altamira. Muy bueno. Mucha suerte con el siguiente :)
ResponderEliminarEn este caso a mí la parte de la historia que más me interesa es la del arte contemporáneo que, en algún caso, los profanos nos preguntamos cual es su origen. Muchas gracias, Juan Antonio. Un abrazo.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAltamira ha inspirado muchas buenas historias, y la tuya Luisa, pese a su obligada y corta extensión, no les va a la zaga.
ResponderEliminarBuen relato. Suerte para la próxima.
Es que con eso de pintar bisontes creo que a más de uno la primera imagen que nos vino a la mente fue la de los famosísimos bisontes de Altamira. La segunda, por lo menos a mí, fue la de los de las praderas americanas, con indios y vaqueros pululando por allí...
ResponderEliminarMuchas gracias, Alfonso.Un abrazo.