Luisa R. Novelúa |
La intención de seguir siendo solo amigos
fue un espejismo. En cuanto le inoculó el veneno del enamoramiento con aquellos
besos furtivos en la cena de empresa, de nada sirvió echarle la culpa al
alcohol.
El
lunes siguiente ya empezó a notar los primeros cambios en la oficina, con un
haz de luz concentrado sobre ella que dejaba en penumbra el resto del local.
No
era la primera vez que le sucedía, a pesar de las numerosas advertencias. Sin
embargo, tardó un tiempo en asumir que debería volver a terapia de grupo si
deseaba recuperar la paz y el equilibrio de los exenamorados.
Uy que situación más tensa describes. Me gusta lo del veneno del enamoramiento. No deja lugar a un enamoramiento dulce. Me gusta tu relato Luisa.
ResponderEliminarEl enamoramiento tiene muchas caras y, en mi opinión, algo de enajenación transitoria, porque distorsiona la realidad. En este relato se plantea como una adicción de la que el protagonista se quiere desintoxicar para estar "tranquilo". Muchas gracias, Lourdes, Un abrazo.
EliminarExenamorados...'bonito' estado civil. Me gusta la imagen que proyectas en tan pocas frases. Un beso, guapa.
ResponderEliminarUn nuevo estado civil, jejeje. Muchas gracias, Eva. Besos.
EliminarMe parece muy original la adicción que planteas y cómo lo haces. Supongo que no hay cura para eso, aunque coincido en que tiene mucho de bioquímica el asunto. Mucha suerte :)
ResponderEliminarPor lo que se ve, el protagonista es enamoradizo, y "recae" con facilidad. Muchas gracias, Juan Antonio. Un abrazo.
EliminarMe gusta especialmente la imagen de la enamorada sintiéndose el centro del universo, es muy visual. Lástima que prefiera desintoxicarse antes de que empiecen las complicaciones.
ResponderEliminarUn abrazo
Aquello de curarse en salud puede evitarte dolores o privarte de experiencias, según se mire. Nives, muchas gracias por la vista. Un abrazo.
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