lunes, 18 de enero de 2016

Lluvia

Luisa R. Novelúa
Pero nunca, sin saber bien por qué, dejarán de mirar hacia arriba. Quizá para evadirse, o para meditar. Tal vez para alimentar las raíces que los anclen al presente o, muy al contrario, invocar recuerdos difuminados, edulcorados, agigantados. O puede que todo sea más sencillo y solo se deba a la fuerza de la costumbre, o mucho más complejo y sigan echándola de menos, a ella también.

6 comentarios:

  1. Llega un momento en la vida en la que mirar hacia arriba tiene un sentido y entonces es difícil dejar de hacerlo porque reconforta y yo al menos, mirando hacia arriba, me he sentido acompañada. Muy bonito Luisa.

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  2. Como bien dices: "La fuerza de la costumbre o seguimos echando de menos a mucha gente". Precioso.
    Besicos muchos.

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  3. Muy bueno ese cierre con retorno, Luisa.
    Abrazos.

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